Buscando el billete desesperadamente
Hoy voy a casa a celebrar los Carnavales. Creo.
Los Carnavales son la mejor fiesta del año. Eso es así. La comida, los disfraces, la comida, la cabalgata, la comida... La mejor fiesta. Punto. Así que llevo esperando este momento desde que compré el billete. El billete que creo que compré. Pero como en todos los viajes, tras semanas de anticipación... empecé a hacer la maleta 45 minutos antes de salir por la puerta. Porque las tradiciones hay que respetarlas.
Así que como la maleta ya la empiezo estresada, no me preocupó demasiado haber traspapelado el billete porque yo recordaba (¿creo?) haberlo metido en la mochila el día que lo imprimí. La maleta fue avanzando y fueron apareciendo billetes del Alsa, los anteriores y el nuevo, que fui poniendo en un montón para separar luego. Y cuando acabé ya justita de tiempo la maleta y comprobé los billetes... eran todos de Navidades. Los tres. TRES. Yo imprimo a veces dos copias de los billetes, pero tres no. Así que me empezó a entrar un sudor frío pensando (acertadamente) que había impreso en la oficina el de Navidades en vez de el de Carnavales.
No pasa nada, en realidad el billete impreso no lo necesito, solo el localizador. Cojo el móvil, pongo "alsa' en el buscador del correo... y el último billete que me sale es el de Navidades. PÁNICO. ¿Compré o no compré ese billete?
Visita a la página del Alsa, porque aunque no me hayan enviado el correo eso está en mi historial. No pasa nada. Eso es lo que me digo a mí misma, pero en este punto, quince minutos antes de tener que salir por la puerta y sin localizador, estoy ya hiperventilando. Estoy respirando tan fuerte que sospecho que los vecinos piensan que me lo estoy pasando muy pero que muy bien. No es verdad.
No puedo entrar en mi perfil de Alsa. Lo pruebo varias veces por si se me fue una tecla, compruebo las mayúsculas, pruebo por si acaso con otra contraseña y nada. Así que pido que me manden un email para resetearla, pero la página dice que mi usuario no es válido. Puedo equivocarme en la contraseña, pero el usuario de Alsa es el DNI. Sé que está bien. Pánico, nivel superior.
En un momento de inspiración busco en el ordenador el billete (billete que ya empieza a tener más puntos de no existir que de existir) porque a veces los guardo al comprarlos, aunque es una tontería porque los imprimo siempre en la oficina desde el email. Pues no es una tontería. Abro la carpeta y hay un billete que se llama Carnavales. Lo abro, compruebo la fecha... ES ESE. Tengo billete. Me voy a casa. Pienso en si me da tiempo a echarme a llorar de la emoción o del ataque de nervios y decido que no.
Salgo de casa corriendo y aún un poco mosca por lo del error en mi cuenta del Alsa, pero cuando consigo entrar en internet en el metro veo en Twitter que la página está dando errores a todo el mundo y respiro un poco más tranquila.
Esta entrada la empecé a escribir en el metro, seguí en la Estación del Sur, cuando aún tenía dudas de si iba a pasar algo más y me iba a quedar en tierra, y la estoy acabando camino de Lugo en un Alsa de esos que tienen pantallita con películas y música para escoger y enchufe USB para el cargador. Esos Alsas de los que había oído hablar pero que nunca había visto. Por fin. ME LO MEREZCO.
Los Carnavales son la mejor fiesta del año. Eso es así. La comida, los disfraces, la comida, la cabalgata, la comida... La mejor fiesta. Punto. Así que llevo esperando este momento desde que compré el billete. El billete que creo que compré. Pero como en todos los viajes, tras semanas de anticipación... empecé a hacer la maleta 45 minutos antes de salir por la puerta. Porque las tradiciones hay que respetarlas.
Así que como la maleta ya la empiezo estresada, no me preocupó demasiado haber traspapelado el billete porque yo recordaba (¿creo?) haberlo metido en la mochila el día que lo imprimí. La maleta fue avanzando y fueron apareciendo billetes del Alsa, los anteriores y el nuevo, que fui poniendo en un montón para separar luego. Y cuando acabé ya justita de tiempo la maleta y comprobé los billetes... eran todos de Navidades. Los tres. TRES. Yo imprimo a veces dos copias de los billetes, pero tres no. Así que me empezó a entrar un sudor frío pensando (acertadamente) que había impreso en la oficina el de Navidades en vez de el de Carnavales.
No pasa nada, en realidad el billete impreso no lo necesito, solo el localizador. Cojo el móvil, pongo "alsa' en el buscador del correo... y el último billete que me sale es el de Navidades. PÁNICO. ¿Compré o no compré ese billete?
Visita a la página del Alsa, porque aunque no me hayan enviado el correo eso está en mi historial. No pasa nada. Eso es lo que me digo a mí misma, pero en este punto, quince minutos antes de tener que salir por la puerta y sin localizador, estoy ya hiperventilando. Estoy respirando tan fuerte que sospecho que los vecinos piensan que me lo estoy pasando muy pero que muy bien. No es verdad.
No puedo entrar en mi perfil de Alsa. Lo pruebo varias veces por si se me fue una tecla, compruebo las mayúsculas, pruebo por si acaso con otra contraseña y nada. Así que pido que me manden un email para resetearla, pero la página dice que mi usuario no es válido. Puedo equivocarme en la contraseña, pero el usuario de Alsa es el DNI. Sé que está bien. Pánico, nivel superior.
En un momento de inspiración busco en el ordenador el billete (billete que ya empieza a tener más puntos de no existir que de existir) porque a veces los guardo al comprarlos, aunque es una tontería porque los imprimo siempre en la oficina desde el email. Pues no es una tontería. Abro la carpeta y hay un billete que se llama Carnavales. Lo abro, compruebo la fecha... ES ESE. Tengo billete. Me voy a casa. Pienso en si me da tiempo a echarme a llorar de la emoción o del ataque de nervios y decido que no.
Salgo de casa corriendo y aún un poco mosca por lo del error en mi cuenta del Alsa, pero cuando consigo entrar en internet en el metro veo en Twitter que la página está dando errores a todo el mundo y respiro un poco más tranquila.
Esta entrada la empecé a escribir en el metro, seguí en la Estación del Sur, cuando aún tenía dudas de si iba a pasar algo más y me iba a quedar en tierra, y la estoy acabando camino de Lugo en un Alsa de esos que tienen pantallita con películas y música para escoger y enchufe USB para el cargador. Esos Alsas de los que había oído hablar pero que nunca había visto. Por fin. ME LO MEREZCO.