La víctima perfecta

Ayer mientras me estaba quedando dormida en el sofá hice una gran reflexión: "Bueno, ahora acuérdate de asustarte si oyes un ruido o si abren la puerta, que hoy estás sola". Cuando no tienes instinto de supervivencia no está de más que te recuerdes esas pequeñas cosas.

Otro ejemplo: los planes B. Aunque no seas miedosa nunca está de más que tengas un plan B, porque si esperas a que se active tu sentido arácnido será demasiado tarde, por lo menos en mi caso. Hoy mismo fui a tomar un café a un bar muy pequeñito que hay al lado del trabajo y al quedarme sola con el señor del bar éste se fue hacia la puerta abierta y la cerró, así que mientras acababa mi café me puse a pensar en un plan B... por si la puerta ya no se abría más. Llevar el cuchillo del croissant hasta la puerta me pareció un pelín exagerado, así que decidí que si no había más remedio usaría las cucharillas de café de la barra para arrancarle los ojos si intentaba algo.

Vale... nunca en la vida tuve que recurrir a ninguno de mis planes de huida, pero... ¿y lo bien que me lo paso?

Entradas populares