Pre-vacaciones from hell [Parte I]

Esta es la historia de unas vaciones geniales... que fueron aún más geniales por la semanita que pasé con los preparativos. Normalmente no tengo expectativas muy altas, así que suelo acabar más contenta de lo que esperaba, pero en este caso me superé, creo que incluso llegué a decirle a mi madre: "Tenía tantas ganas de irme, y ahora me apetece tanto como pegarme un tiro en un pie".

El alojamiento. El martes tuve que cambiar de planes para el alojamiento. Después de varias llamadas consigo hablar con la recepcionista del hostal para pedirle que me dé un número de reserva. La conversación acabó así:
-No damos números de reserva.
-Es que dejo el país mañana, me gustaría tener una prueba de que voy a tener un techo.
-Te entiendo, pero no necesitas número de reserva, con llegar aquí y decir tu nombre ya basta.

No, no me entiendes. Y digo yo... ¿tanto le costaba inventarse un número al azar para que yo me quedase tranquila?

El trabajo. Por supuesto, la semana de los preparativos tuve más trabajo que en las tres semanas anteriores. Así que aparte de quedarme horas extra y volver a casa en un estado cercano a la muerte cerebral tuve que aprovechar el tiempo que me quedaba por las tardes/noches para buscar/reservar el hostal. Hubo momentos en la oficina en los que casi me da la risa por la cantidad de cosas que podían salir mal y salieron mal. Hacia el final de la semana se fue convirtiendo en risa nerviosa. El viernes salí de allí tan apurada que creo que no me pasó el agobio hasta que llegué al aeropuerto.

Continuará

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