La gracia natural

Hoy que hacía viento y tuve que que agarrarme la falda para que no me quedara de sombrero, me acordé de un fenómeno que me tiene fascinada: la gracia natural*. Por qué en la misma situación unas personas parecen "princesas" y otras, "patatas"... me parece casi cosa de magia. Yo, obviamente, nací muggle.

Un ejemplo. El año pasado volviendo del Carrefour atravesando un puente con viento me empezó a dar la risa floja sólo de pensar en lo poco glamouroso de mi figura: la coleta a medio deshacer por el viento, los cuatro pelos sueltos o tapando la cara o literalmente pegados a ella gracias al lipgloss, andando paseniño paseniño con una mano pegadita a la barandilla con el bolso caído a la altura del codo (sin posibilidad de ponerlo en su sitio, porque ya se puede caer el puente que yo la barandilla no la suelto) y la otra agarrando tres bolsas del super, en los momentos de más viento utilizando esa misma mano para remangar la falda, a Rianxeira-style, para que no vuele. Si lo pienso, todo esto responde a las leyes de la física (y a un vértigo del demonio), pero sin embargo una persona con gracia en la misma situación parecería un anuncio de la campaña de otoño de El Corte Inglés. No sé a qué está esperando la ciencia para ponerse a investigar...

*Gracia al estilo de Audrey Hepburn o Grace Kelly, no El Club de la Comedia.

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