Un día en la nieve (Parte III)
[Londres, 2 de febrero de 2009]
Parte I Parte II Parte III Parte IV Parte V
Después de media hora y varios intentos de caída llegué a Golders Green, y tras una última mirada al móvil esperando una confirmación de que no había colegio, me metí en el metro. Hace unas semanas tuve que esperar una media hora en Camden Town sin que nos dieran explicación. Pero no hoy. Todo Londres colapsado por la nieve y la Northern Line aguantando como una campeona. Estaba de dios que hoy llegaba al colegio a tiempo.
Cuando salí de Kentish Town me temblaban las rodillas del esfuerzo de mi caminata anterior y más me temblaron cuando me di cuenta de que me quedaban diez minutos andando al colegio sobre la nieve y con la mochila del demonio. Diez minutos en circunstancias normales, pero como no paraba de resbalar acabé andando tan despacio que no sabía si estaba avanzando o sólo dando patadas a la nieve. Cuando salí de la estación me estaba dando la risa tonta de lo absurdo de la situación, pero ya cuando había hecho varias piruetas en el aire empezaron los pensamientos positivos "¿Y tanto me gusta mi trabajo para tirarme una hora y media luchando para llegar?" "¿Y si no llego qué? ¡No soy médico, no se va a acabar el mundo!" "Y todo esto para llegar a tiempo y poder hacer las sustituciones de los que no se molestaron en andar media hora bajo la nieve"...
[To be continued]
Parte I Parte II Parte III Parte IV Parte V
Después de media hora y varios intentos de caída llegué a Golders Green, y tras una última mirada al móvil esperando una confirmación de que no había colegio, me metí en el metro. Hace unas semanas tuve que esperar una media hora en Camden Town sin que nos dieran explicación. Pero no hoy. Todo Londres colapsado por la nieve y la Northern Line aguantando como una campeona. Estaba de dios que hoy llegaba al colegio a tiempo.
Cuando salí de Kentish Town me temblaban las rodillas del esfuerzo de mi caminata anterior y más me temblaron cuando me di cuenta de que me quedaban diez minutos andando al colegio sobre la nieve y con la mochila del demonio. Diez minutos en circunstancias normales, pero como no paraba de resbalar acabé andando tan despacio que no sabía si estaba avanzando o sólo dando patadas a la nieve. Cuando salí de la estación me estaba dando la risa tonta de lo absurdo de la situación, pero ya cuando había hecho varias piruetas en el aire empezaron los pensamientos positivos "¿Y tanto me gusta mi trabajo para tirarme una hora y media luchando para llegar?" "¿Y si no llego qué? ¡No soy médico, no se va a acabar el mundo!" "Y todo esto para llegar a tiempo y poder hacer las sustituciones de los que no se molestaron en andar media hora bajo la nieve"...
[To be continued]