Momento Mario Kart

Hoy en el metro tuve un momento Super Mario Kart. Cuando el tren llega a la estación se suele hacer un embudo porque la gente que sale de todos los vagones se dirige hacia el mismo pasillito hacia las escaleras de salida. Pues hoy al salir me quedó el pasillito de frente y eché a andar toda decidida, porque si tardas en llegar a la escalera se forma otro embudo. Y entonces me fijé en que era la tercera persona en el pasillito y fue como si se me encendiera una bombilla en el cerebro, como cuando en el Mario Kart el color de la posición en la que vas cambia según estés o no optando al podio. Y entonces supe que la victoria tenía que ser mía.

Conseguir la segunda posición fue fácil, ni siquiera se molestó en luchar por el título. Pero la primera... Cegada por la sed de victoria eché a correr escaleras mecánicas arriba, pero como mi contrincante también le estaba dando fuerte me llevó casi toda la escalera adelantarla. Pero lo hice. Y gané. O eso pensaba yo, porque cuando me había relajado en el segundo set de escaleras mecánicas la muy cabrita me adelantó a todo correr. Era demasiado tarde para renunciar a la gloria, así que eché a correr detrás de ella, que apartarse no se apartaba, hasta que la adelanté al salir de la escalera justo antes de doblar la esquina. Llegué al trabajo sudada pero con el Oro. Porque yo soy así de madura.

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