Medias de monja

El otro día fui a Primark y me emocioné al ver tantas medias gorditas de colores y tan baratas y empecé a meterlas en el cesto. Esto de meter cosas en el cesto de Primark de forma compulsiva pasa mucho y se llama "Síndrome de la cola eterna para pagar", por eso no voy mucho a Primark*. Consiste en meter un montón de cosas en la cesta para crear la ilusión de que valió la pena hacer semejante cola. En Primark también se pueden ver ejemplos del síndrome "Esa cola no la hago" que se manifiesta al ver las colas eternas de los probadores y es la causante de que veas gente probándose todo tipo de prendas en el medio y medio de la tienda.

Así que al día siguiente decidí estrenar un par de medias, las de color Latte. Sí, Latte. ¿En qué estaba yo pensando cuando decidí comprar unas medias de ese color? Sé en lo que no estaba pensando, en que mi cara es más bien color latte desteñío y el efecto resultante es... [chirrido estilo Psicosis]... ¡medias de monja! Las medias de monja son una abominación de la industria textil que nace del amor secreto entre las medias bonitas (de muchos, muchos dens) y las medias feas, también conocidas como medias de verano. Heredan la textura de las primeras y el color de las segundas y no deberían existir en una misma dimensión que la nuestra.


Medias de monja, by Primark.

Al darme cuenta de que me había puesto medias de monja, intenté corregir el error y combiné las medias Latte y la falda vaquera con una camiseta naranja y una chaqueta verde, para que la gente supiera que no era una monja, sino un payaso con ropa de diario. Hacía frío y tuve la tentación de ponerme mi calienta cuellos amarillo pollito, pero me contuve porque no quería parecer un payaso con traje de faena. Pero no todo fueron desgracias, a lo largo del día me fui dando cuenta de que las medias tenían tendencia a atraer todo tipo de partículas y revelaron así su verdadera naturaleza: no son medias de monja, ¡son de pata de avestruz! Así que para los próximos carnavales me rebozo por la moqueta del trabajo y ya tengo medio traje de avestruz listo. Pero qué buena compra, sí, señor.

*Por eso y porque el que me queda más cerca está al otro lado de una mediana y antes de volver a pasar la pasarela de los infiernos prefiero que se me pudra toda la ropa.

Entradas populares