Cosas que no dije #22

[Conversación telefónica con un cliente.]

M: [Explicando que el TPV está dando problemas al hacer el cobro.]
Cliente: Pero, ¿me puede escuchar un momento?

Y entonces te paras, respiras hondo y vas analizando las opciones:

A: Mire, llevo desde las 9 de la mañana siendo súper eficiente. No venga a juzgarme a las 18:55, a cinco minutos de irme a mi casa, cuando ya tengo la cabeza como un bombo, y yo a cambio intentaré pasar por alto ese tono borde*.

B: Yo le puedo escuchar todo lo que quiera, pero el TPV me está fallando, ¿quiere que se lo ponga al auricular y le va dictando el número de tarjeta a la máquina? Y si quiere contarle su vida, también.

C: ¡Uy, no! Mi oficina está pasando por un túnel y le oigo muy mal. ¿Me oye? ¿Oiga?

Hasta que acabas optando por un "Por supuesto, claro que puedo escucharle". Pero le escucharé con mucho odio, que lo sepa.



*Porque esto a lo mejor hay que explicarlo, pero cuanto más borde eres, menos se va a esforzar en ayudarte la persona con la que estás hablando. Esto a algunas personas les cuesta entenderlo, lo memorizaron mal en su momento y piensan que funciona al revés.

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