La mudanza

Hace unos años contraté un servicio de mensajería para hacer la mudanza de Londres a España. Me pasé toda la noche metiendo mis cosas de los últimos tres años en cuatro cajas de unos 20 kilos cada una (es lo que pasa cuando eres adicta a los libros y a las manualidades, bueno, y cuando tienes ropa y esas cosas). Las dejé al lado de la escalera porque en la entrada sólo había el espacio suficiente para abrir la puerta, a partir de ahí empezaban las típicas escaleras empinadas de las casas inglesas. Estos son algunos extractos de mi conversación con el mensajero:

DHL: Vengo a recoger cuatro cajas ¿no están aquí?
M*: ¿Usted las ve?
M: No, están arriba, ¿podría ayudarme a bajarlas?
DHL: Uy, no, es que tengo la espalda muy mal...
M: No pasa nada, a mi asma no le va a gustar pero ya las bajo yo.

DHL: ¿Pero no tienes a nadie que te ayude?
M [bajando la primera caja]: No.
DHL: ¿Un marido? ¿Un compañero de piso? ¿Familia?
M: No, en este momento estoy sola.
M*: Pero bueno, no me ayuda... ¿y encima quiere que me deprima?

DHL: ¿Y no conoces a algún hombre que pueda ayudarte?
M [bajando la tercera caja]: No.
DHL: ¿No tienes un novio?
M: ¿Necesito uno?
DHL [claramente confuso]: ¿Qué?
M: Es que cuando consulté la página web de su empresa no ponía por ningún sitio que necesitara un novio ¿necesito uno?
DHL: Mmm... no... es que... no, yo quería decir... un hombre que te ayude con las cajas.
M: Es que yo pensaba que ese hombre iba a ser usted y ya veo que no.

Y lo único que de verdad me quedé con ganas de decirle: "Soy asmática, llevo toda la noche sin dormir y acabo de bajar cuatro cajas de 20 kilos a pulso, si hay alguien aquí que necesite un hombre es usted."

*Cosas que no dije


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