"Muerte por teleoperador"

El colectivo de teleoperadores de las empresas de gas y electricidad se ha cobrado esta tarde una nueva víctima. La fallecida, una trabajadora del centro de Madrid, mantuvo una lucha argumentativa durante unos quince minutos antes de ceder a la presión y colgar. Pero el daño ya estaba hecho.

Ante este nuevo caso de muerte por desgaste al teléfono, las autoridades sanitarias recomiendan no interactuar con estos individuos: "Son gente muy preparada, puede ser tentador el intentar argumentar con ellos, pero las secuelas son graves. Cada día nos llega más y más gente con daños cerebrales, por no hablar  de las víctimas mortales. Si usted coge el teléfono y cree que puede estar hablando con uno de estos profesionales de la tortura, cuelgue inmediatamente".

Fuentes cercanas a la investigación nos han proporcionado la transcripción de la grabación de la llamada. Para proteger la salud mental de nuestros lectores nos vemos obligados a incluir tan sólo un extracto de la conversación. Si usted cree que está preparado para leer la conversación íntegra, lo más cercano al original sería leer la conversación en bucle varias veces. Esto será, en todo caso, bajo su responsabilidad.

Teleoperador: Buenos días, llamo de [La Empresa Ladrona] para hablarle de una oferta, ¿es usted el titular del gas y la electricidad?
M: No, el titular es [La Empresa Para La Que Trabajo].
T: Ah, una empresa. ¿Y quién les factura el gas y la electricidad?
M: ...Ustedes.
T: Ah. ¿Y tienen ya aplicada la oferta?
M: No sé, dígamelo usted.
T: Mmm, vale. Pues lo anoto aquí para pasarle nota a mis compañeros. Y a usted, a título personal, ¿qué empresa le factura el gas?
M: No se preocupe, yo ya trabajo con [La Empresa Ladrona]. Adiós.
T: Espere, ¿la factura la recibe cada mes o cada dos meses?
M: No lo sé, ya lo miraré en casa. Adiós.
T: Lo digo para ver si tiene aplicada la oferta o no.
M: Eso ya lo miraré en casa, no ahora que estoy trabajando.
T: Pues dígame una hora para que la llame más tarde y le explique la oferta.
M: No hace falta que me llame, ya les llamaré yo cuando esté inspirada.
T: La entiendo, simplemente dígame una hora para que la llame más tarde.
M: No hace falta que me llame, ya llamaré yo.
T: La entiendo, simplemente dígame la hora que le viene mejor.
M: No me está entendiendo, no quiero que me llame.
T: La llamo entonces más tarde, ¿a qué hora le viene bien?
M: ¿Y a dónde me va a llamar más tarde? ¿A la oficina mientras estoy trabajando? ¿O a la oficina cuando yo ya no esté?
T: La llamaré al teléfono que me proporcione ahora.
M: No le voy a proporcionar ningún teléfono.
T: La entiendo, simplemente necesito un teléfono para llamarla más tarde.
M: Pero yo no le voy a dar ningún teléfono, yo no quiero que me llame, lo que yo quiero es seguir trabajando, que es lo que debería estar haciendo estos últimos 10 minutos y no hablando con usted.
T: Muy bien, la entiendo, yo lo que quiero es explicarle la oferta esta tarde en el teléfono que me facilite ahora.
M: No le voy a dar mi teléfono.
T: ¿Por qué no? Es sólo para explicarle la oferta, a la hora a la que le venga bien.
M: [La Empresa Ladrona] ya tiene bastantes datos míos, no les voy a dar, por encima, mi teléfono móvil. No le voy a dar mi teléfono. No quiero que me llame y usted no me puede llamar más tarde porque no tiene mi teléfono.
T: Yo la entiendo, simplemente...
M: Muy bien, ahora le voy a colgar. Hasta luego.

Nada más colgar, cogió un Bic y se hizo el harakiri. Junto al cadáver se ha encontrado una nota en un post-it, posiblemente garabateada durante la conversación, de la que sólo han podido interpretar la siguiente frase: "¿PERO SE PUEDE SER MÁS CANSINO?"


Entradas populares